Desplazamiento forzoso, participación laboral femenina y poder de negociación en el hogar: ¿Empodera el conflicto a las mujeres?
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El desplazamiento de población es un fenómeno frecuente en los países inmersos en conflictos internos. El desplazamiento forzoso, además de afectar directamente a la población desplazada, contribuye a deteriorar las condiciones laborales de la población vulnerable en las comunidades receptoras. Para la población desplazada, las pérdidas de ingresos son sustanciales y al migrar a las ciudades se vinculan a la fuerza laboral del sector informal. Evidencia cualitativa revela que las mujeres desplazadas pueden competir mejor en los mercados laborales urbanos pues su experiencia laboral es más relevante para ciertos trabajos urbanos no calificados. Este artículo usa los cambios exógenos en la participación laboral femenina para identificar sus efectos sobre el poder de negociación de la mujer en el interior del hogar. Los resultados muestran que las mujeres desplazadas por el conflicto trabajan más horas, devengan salarios similares y contribuyen en mayores proporciones al ingreso del hogar frente a las mujeres rurales. Sin embargo, su mayor contribución a los ingresos del hogar no se traduce en un mayor poder de negociación en el hogar. Más aún, la violencia doméstica aumenta para las mujeres desplazadas. La ira y la frustración de las mujeres desplazadas derivan, además, en un incremento de la violencia contra los niños. Dado que los niños de las familias desplazadas han sido víctimas directas del conflicto y de la violencia doméstica, la transmisión intergeneracional de la violencia puede perpetuar ciclos de violencia.
Resumen
Civilian displacement is a common phenomenon in developing countries confronted with internal conflict. While displacement directly affects forced migrants, it also contributes to deteriorating labor conditions of vulnerable groups in receiving communities. For the displaced population, the income losses are substantial, and as they migrate to cities, they usually end up joining the informal labor force. Qualitative evidence reveals that displaced women are better suited to compete in urban labor markets, as their labor experience is more relevant with respect to certain urban low- skilled occupations. Our study uses this exogenous change in female labor force participation to test how it affects female bargaining power within the household. Our results show that female displaced women work longer hours, earn similar wages and contribute in larger proportions to household earnings relative to rural women who remain in rural areas. However, as measured by several indicators, their greater contribution to households' earnings does not strengthen their bargaining power. Most notably, domestic violence have increased among displaced women. The anger and frustration of displaced women also increases the level of violence directed at children. Because the children of displaced families have been the direct victims of conflict and domestic violence, the intra-generational transmission of violence is highly likely.