El reino de uno mismo : la resignificación espiritual de la mirada y el espacio en Jane Eyre
2020
In Jane Eyre, by Charlotte Bronté the construction of identity operates as a movement that impetuously intercepts the evolution of confined spaces and the social, family, and institutional configurations that inhabit them. In the narrow corridors, the closed rooms and the contained structure of the country houses, the powerful presence of social determinations that are difficult to escape and of prisons of an unbearable personal weight always appears. The representation of a world that, ultimately, is forged in symbolic labyrinths and cultural and psychological inscriptions that drag individual configurations in violently drawn circles. Given this, this work proposes that only on the fringes of such a conflicted world can personal spiritualities emerge as vanishing points and as sanctuaries of imperfect freedom. As spaces that counteract, rewrite, and reconfigure the realities of the confinement, serving as platforms for the gaze to dream... En Jane Eyre, de Charlotte Bronté la construcción de la identidad opera como un movimiento que intercepta con ímpetu el devenir de los espacios de encierro y de las configuraciones sociales, familiares e institucionales que los habitan. En los pasillos estrechos, las habitaciones cerradas y la estructura contenida de las casas de campo siempre se asoma la presencia poderosa de determinaciones sociales de difícil escapatoria y de cárceles de un peso personal insoportable. La representación de un mundo que, en últimas, se forja en laberintos simbólicos y en inscripciones culturales y psicológicas que arrastran las configuraciones individuales en círculos de trazado violento. Ante lo cual, la propuesta de este trabajo es que solo al margen de tal mundo en pugna las espiritualidades personales pueden emerger como puntos de fuga y como santuarios de libertad imperfecta. Como espacios que contrarrestan, reescriben y reconfiguran las realidades del encierro, al servir de estrados para que la mirada sueñe...