Los museos, son un gran ejemplo de adaptación, pues son ellos los que a partir de la nueva tecnología y de la arquitectura, se encargan de transmitir y mantener viva la historia, sea una historia artística, científica, cultural o deportiva, etc. En este sentido, un museo debe tener experiencias espaciales únicas, conseguir que el flujo de visitantes al interior sea natural y así promover la comunicación y experimentación correcta de un mensaje. Este mensaje tiene que ser difundido no solo a expertos, sino a cualquiera que desee conocer. Los museos no son espacios vacíos, son espacios de oportunidades, de experiencias y de narrativas. En otras palabras, un museo debería ser el espacio que impulsa experiencias y sensaciones, las cuales a la vez impulsan a las personas a cuestionarse y reflexionar sobre el contenido expuesto.
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