Bordes y juguetes

Abstract

El umbral, entendido como un punto de partida, una transición entre espacios o entre estados, se manifiesta permanentemente en la ciudad, en situaciones temporales, cambios y adaptaciones en viviendas, espacios públicos y lugares de encuentro. Considerar el cambio como una condición natural, como el sol o la lluvia, nos lleva a preguntarnos sobre otras arquitecturas: inacabadas, abiertas a la apropiación, con la capacidad de transformarse, crecer y decrecer. Así, se busca definir el umbral, no como espacio o lugar físico, no como edificio o producto, ni como elemento arquitectónico, sino como un estado, una serie de operaciones con la capacidad de responder a diversas necesidades sociales, no enfocado en lo que es, sino en lo que puede ser.