La inviabilidad de los regímenes de pensiones de reparto en países que aún gozan del dividendo poblacional : el caso de Colombia
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Este artículo argumenta que, en países emergentes, como Colombia, la combinación de la transición demográfica con una alta informalidad del mercado laboral hace inviable la existencia de un régimen de pensiones de reparto. En teoría, un país como Colombia tiene aún una población joven y está, por lo tanto, "gozando" del llamado Bono o Dividendo Demográfico. En estas condiciones, cuenta con una relación entre la población económicamente activa y los adultos en edad de retiro relativamente elevada, lo que debería permitir que los trabajadores activos puedan durante algún tiempo más financiar con sus cotizaciones las pensiones de los adultos mayores. En Colombia, dicha relación es de casi siete trabajadores activos por cada adulto mayor de 65 años. Esta elevada relación es lo que permite la llamada "solidaridad intergeneracional". Pero en la realidad, debido a la informalidad, solo hay dos trabajadores formales que cotizan a la seguridad social en pensiones por cada adulto mayor. En esas condiciones, aún si se adoptasen a la brevedad todas las medidas necesarias para incrementar radicalmente la formalidad laboral, cuando dichas medidas tuviesen efecto alguno en Colombia, la relación entre activos y adultos mayores habrá caído significativamente y, muy seguramente, Colombia habrá ya perdido su dividendo demográfico. Como consecuencia, los jóvenes, que hoy son solidarios con los mayores, no tendrán quiénes sean solidarios con ellos al llegar al retiro laboral.
Resumen
This article argues that in emergent countries, such as Colombia, the combination of the demographic transition process with the country's high levels of labor market informality makes pay-as-you-go pension systems unviable. In theory, this country's population is still relatively young and as a consequence is enjoying the so-called demographic dividend. Given its demographic composition, Colombia still has a high ratio between the economically active population and those 65 years old and more, which in principle would permit that workers' contributions finance the pensions of the retired. Such ratio, which is currently close to seven, is what makes it possible the so-called intergenerational solidarity of the young with the elders. Unfortunately, such solidarity is neither sustainable in the future nor feasible even in the present should a country expect reasonable levels of pension coverage. For the ratio of workers to elders will fall to four around 2040 and to two around the year 2060. But what is really critical for a PAYG system is that Colombia¿s labor market informality reduces such relation from seven to two today. In those circumstances, even if strong measures were taken now to reduce labor market informality, given the time lag required for them to formalize the labor market, the aging of the population would hardly increase the active workers to the elder ratio. This means that Colombia would have likely lost the demographic dividend. Consequently, those young workers who are being currently supportive of the elderly will have no one to be supportive with them as they age.